30 dic 2010

La Tremenda Corte



En el Perú existe un organismo llamado Sociedad Nacional de Radio y Televisión que, según su "código de ética", procura que se cumplan ciertos principios como por ejemplo:

  1. La defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad.
  2. La libertad de expresión, de pensamiento y de opinión.
  3. El respeto al pluralismo informativo, político, religioso, social y cultural.
  4. La defensa del orden jurídico democrático, de los derechos humanos fundamentales y de las libertades consagradas en los tratados internacionales y en la Constitución Política del Perú.
  5. La libertad de información veraz e imparcial.
  6. El fomento de la educación, cultura y moral de la nación.
  7. La protección y formación integral de los niños y adolescentes, así como el respeto de la institución familiar.
  8. La promoción de los valores y la identidad nacional.
  9. La responsabilidad social de los medios de comunicación.
  10. El respeto al honor, la buena reputación y la intimidad personal y familiar.
  11. El respeto al derecho de rectificación.
Esto es algo positivo, bastante destacable para una sociedad que ha padecido muchos años la manipulación de los medios de comunicación por parte de los gobiernos de turno. Sin embargo, a medida que la democracia y la idea de la libertad de expresión se han ido consolidando en el pensamiento de los peruanos, muchos organismos civiles se han manifestado en contra de ciertos programas por atentar contra la honorabilidad de determinados grupos sociales, lo cual es totalmente válido desde cualquier punto de vista.

Personalmente, he considerado muchas de estas críticas como exageraciones. Por ejemplo, el personaje del Negro Mama es, a criterio personal, un personaje humorístico que representa algo característico del Perú: la gracia, la chispa y el ingenio. No creo que sea un motivo de vergüenza o rechazo, pues, el trato que le ha dado su creador, Jorge Benavides, me parece original, creativo y profesional. Definitivamente la coyuntura no lo ayudó, porque fue censurado por haber representado a un ladrón que, en la vida real, cometió un delito grave y, casualidad del destino, el delincuente era negro. ¿Esto es culpa del creador? No creo que la gente asocie a los negros como rateros, porque hoy en día ratero es cualquiera, hasta con saco y corbata. La censura que hicieron contra este personaje humorístico me pareció totalmente desatinada y, el veredicto dictado por la Sociedad Nacional de Radio y Televisión, me pareció más desatinado aún, porque lejos de enseñar que lo que se ha hecho es parodiar un hecho real de manera "errada", se enseña que recrear una situación con humor es negativo.

Sin embargo, me sorprende que no exista ninguna organización civil que se manifieste en contra de programas como Recargados de Risa en donde sí se denigra al negro, a la mujer, al serrano, al cholo, al viejo, al gay, etc. ¿No es eso más ofensivo aún?  Creo que sí porque hay que tomar en cuenta que no se respeta el horario de protección al menor, ni se realiza un trabajo humorístico profesional y serio, aquí se recurre al insulto, a la "chapa", a la discriminación y al "calateo" para hacer "reír", algo que a mi parecer no lo logran. Pero este es el programa "humorístico" que "lidera" el rating de los sábados y que se jacta de ser número uno a nivel nacional.

Bueno, finalmente el televidente escoge qué quiere ver, pero es extraño que este programa no haya ganado premios como si ocurre con el Especial del Humor, donde si se nota un trabajo profesional, con creatividad, con trabajo serio y que, lo más importante, respeta el horario de protección al menor. Pero como cada quien escoge qué quiere ver, sería bueno que la Sociedad Nacional de Radio y Televisión tome en cuenta críticas como esta, no creo ser la única persona que lo haya notado. Mientras tanto, seguiremos eligiendo qué ver, seguiremos siendo representados por un organismo que no es equitativo y, sobre todo, seguiremos disfrutando con programas que no ofenden, que no denigran, que no estereotipan y que fomentan la cultura, la educación y la moral como "Recargados de Risa" y "Yo no me llamo Natacha". No es nada en contra de los programas o los canales, sólo considero que si se pretende hablar de ética y moral, lo correcto es que todos jueguen con las mismas reglas. ¡Mama!

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